En medio de reflexiones cuando nos referimos al término identidad inmediatamente visualizamos nuestro acervo cultural, pero, cuando pensamos en la definición de cultural local nos preguntamos ¿qué es lo local? ¿Qué me representa? O mejor dicho ¿Qué nos representa?
Primero he de de partir definiendo algunos conceptos claves para entender el carácter de este ensayo y así su orientación, centrándose en breves recopilaciones temáticas referenciales que definirán lineamientos para comprender su substancia y así hacia los conceptos que responderán a una taxonomia basada desde lo más general a lo más particular.
En segundo lugar mencionar que la temática de este ensayo está relacionada a la configuración de la identidad de un sitio geográfico específico que posee características específicas intrínsecas y otras traídas desde el exterior, donde su gente disfruta en diferentes niveles de esta riqueza cultural y genera una especie de sincretismo confuso aceptado es por ello que hoy hablo diciendo que en un lugar o territorio se crea y transforma constantemente nuestra identidad local influenciada por diferentes factores.
Ahora bien entender cómo se generan estas transformaciones en el tiempo es hablar de contradicción por la forma en que se crea y también como se acepta, pero dichas sentencias serán abordadas luego que se expliquen cada uno de los conceptos nombrados.
Hablar de lugar es hablar de la definición de Marc Augé, que describe conceptualmente donde se manifiesta la relacionalidad entre los individuos que cohabitan, la historicidad que ellos experimentan y además de la identidad que se desarrolla. Es por ello que el autor dice “todos son lugares cuyo análisis tiene sentido por que fueron cargados de sentido, y cada nuevo recorrido, cada reiteración ritual refuerza y confirma su necesidad”. (2004:58). Este juicio se provoca porque la significación y simbolismo es un fenómeno que es totalmente inherente al ser humano y que no se puede disociar al lugar.
En este mismo sentido este escritor menciona los no-lugares o espacio quien expone que “son tanto las instalaciones necesarias para la circulación acelerada de personas y bienes” (2004:84) en este contexto señala que se caracterizan por la rapidez y transitoriedad de los espacios que pueden estar conformados por aeropuertos o rutas vehiculares, aquí no interesa visualizar el individuo como un ente que se relaciona con el entorno y con otros individuos, sino se expresa este espacio como una “unidad cuantificable” establecido como una medida al servicio de la población.
Por consiguiente bajo estas dos definiciones vamos creando dos escenarios de creación de identidad, indicando antes de continuar que este análisis se realiza desde la apreciación de la región de la Araucanía y puntualmente en la ciudad de Temuco, por ende las descripciones y analogías serán vistas desde esta ciudad, entendiendo el gran capital cultural que posee y que se manifiesta bajo diferentes medios expresivos, patrimonio material e inmaterial y principalmente en su gente y oralidad.
Por otro lado cabe señalar algunas apreciaciones de la identidad local, entendiéndola como una visión definida por los actores sociales en un territorio en especial, ahora bien, teniendo en cuenta que éstos responden a un lugar determinado en un ambiente particular, Osvaldo Alonso afirma que “tienen la posibilidad de desempeñar sus papeles en relación con sus interpretaciones del contexto en el que se mueven, especialmente con respecto a las expectativas sobre la acción de los otros protagonistas del sistema social al que pertenecen” (2004:4). En este marco entendamos a estos actores dentro de los dos contextos propuestos anteriormente, es decir lo que se desempeñan desde los lugares y aquellos en los no lugares, desde esta reflexión es que cada uno configura su actuar y visión dependiendo de los factores y elementos que ahí se encuentran.
Desde la visión del lugar, destacaremos todas aquellas expresiones visuales ligadas a la cultura mapuche que son conocidas por el arraigo y sentido de pertenencia que se aprecia en su artesanía, orfebrería, alfarería, relatos orales, etc. y que se extrapolan a otras dimensiones visuales intrínsecas en los habitantes y cohabitantes de la Araucanía, cada una de estas expresiones, de cuantiosa cantidad que no serán nombrados ahora, se caracterizan por su gran influencia con el territorio, su geografía, experiencias de vida, mitos, creencias, entre muchos otras. También mencionar la influencia que tienen estos por sobre el individuo que las valora, genera un impacto que se masifica hacia los otros, manteniendo y promulgando el respeto, valoración y gran sentido de pertenencia que experimentan, que los dota de sentido, auto-afirmación y orgullo por su tierra.
Por otro lado en el anverso se encuentra el no lugar, que como se ha nombrado anteriormente es un espacio donde se conjugan elementos carentes de significación y que responden a la ausencia de las tres características principales de los lugares historicidad, relacionalidad e identidad, entendiendo esta última como una aproximación de la identidad local y además donde se presenta la globalización, con esto no se quiere excluir del término lugar, sólo hacer referencia a sus características negativas a través del análisis del no lugar.
Comprendamos, en primera instancia, que la globalización permite el intercambio indiscriminado de información, al mismo tiempo que se manifiesta como una característica positiva y negativa para imágenes y elementos que influyen en la concepción de identidad local y que interviene tanto en su proyección así como en la forma en que se aprehende por la comunidad. Estas imágenes responden a diferentes aspectos personales y sociales, pero actualmente la globalización expande las fronteras y, si bien los medios de comunicación de masas ayudan a difundir, también saturan de información y diluyen identidades particulares y locales.
Este asunto se presenta a nivel nacional, sin embargo el interés por la evaluación de la identidad local en la región de la Araucanía radica en su riqueza cultural amenazada por los efectos negativos de la globalización, por consiguiente el diagnóstico de la misma ayudaría significativamente en la apreciación del imaginario creado por los actores sociales y posteriormente en la forma en cómo la población apreciaría este mismo fenómeno.
Este sistema de creación de identidad local por medio de los actores sociales se ve expuesto a una dualidad que radica en la confrontación de lo local y lo externo, donde lo local se interpreta como aquellas características propias que generan relacionalidad, identidad e historicidad y lo externo se compara con las características presentes en los no-lugares y espacios de transito donde afectan negativamente los componentes de la globalización que diluyen y esfuman la riqueza identitaria de dichos terrenos.
Para concluir es importante entender que la región de la Araucanía es contenedora de una gran significación y por tradición es origen de signos y simbolismos que se manifiestan por distintas vías de expresión y a través de diferentes puntos de vista. Las imágenes que durante la historia se han creado han servido como una base para las actuales generaciones que han creado un acervo cultural inigualable y de incalculable riqueza simbólica, que actualmente podría describir una incipiente identidad local, reflejada en los diversos perfiles que describen esta sociedad.
Referencias.
- Augé, Marc. (2004). Los no lugares espacios del anonimato, una antropología de la sobremodernidad. Barcelona: Editorial Gedisa.
- Alonso, Osvaldo (2004). La lógica de los actores y desarrollo local. Obtenido el 28 de marzo de 2012 en http://www.scielo.org.ar/pdf/spilquen/n6/n6a04.pdf